El 28 de Octubre de 1982, Felipe González Márquez ganaba las elecciones generales. Su partido obtenía 202 votos, la mayoría absoluta más amplia de nuestra democracia. Llegaba el momento de realizar todas aquellas hazañas socialistas que había prometido: salida de la OTAN, igualar la pensión mínima al salario mínimo, creación de empleo, ampliación de los derechos sociales, lucha por la libertad del pueblo saharaui, implantación de una economía más justa…Desde luego, tenía mayoría suficiente para realizarlas todas y más. Pero la realidad fue muy distinta. El gobierno felipista llevó a cabo las políticas más derechistas que en esa época podían ser imaginadas y, desde luego, no cumplió con ninguna de sus grandes promesas. En aquellas circunstancias, un grupo de partidos de izquierdas de diversas tendencias (socialistas desengañados del felipismo, comunistas democráticos del PCE y otros partidos, y republicanos de izquierdas de otras filiaciones políticas) fundaron la coalición Izquierda Unida, que tenía como finalidad combatir el gobierno derechista de González y constituirse en una alternativa de izquierdas a aquel gobierno.
El mensaje de Izquierda Unida, de un carácter extremadamente claro y en sintonía con las necesidades de los trabajadores, tuvo su efecto en la sociedad. La coalición, que comenzó sus andanzas con un único diputado (Gerardo Iglesias), llegó a aumentar 21 veces su representación en el congreso. ¿Qué fue lo que ocurrió después? Para empezar, hay que puntualizar que esos 21 escaños no se correspondían con el verdadero porcentaje de votos de IU, que en realidad era mayor, sino que eran el resultado de una injusta ley electoral que tenía como única finalidad asegurar que el poder estuviera siempre en manos del PP y el PSOE, garantes del régimen continuista de 1978. Pero, de seguir creciendo el apoyo a Izquierda Unida entre la población, esta ley no sería suficiente para contener el crecimiento de la coalición izquierdista. Fue entonces cuando al PSOE se le encendió la bombilla, e ideo un concepto político que le salvaría la vida: la pinza.
En múltiples ayuntamientos y parlamentos, el PSOE esperaba obtener el poder con el apoyo de Izquierda Unida, pero, lo que en ningún momento tenía pensado hacer el partido felipista era girar sus políticas hacia la izquierda. Es decir, querían que IU, una organización de izquierdas, les apoyara para hacer políticas de derechas. Evidentemente, Izquierda Unida rechazó esta colaboración, lo cual le sirvió al PSOE para decir que existía un pacto oculto entre el PP e Izquierda Unida para debilitar al PSOE, que fue conocido como la pinza. Por supuesto, esta afirmación no era más que una burda patraña, pero fue repetida hasta la saciedad por los medios de manipulación afinas al PSOE, como el grupo PRISA (La Ser, El País…), hasta grabarla en el subconsciente de muchos ciudadanos, que llegaron a tomarla por verdad. A partir de ese momento, muchos votantes (reales y potenciales) de Izquierda Unida, giraron su voto por rechazo a la inexistente pinza, bien dándolo al PSOE, o bien quedándose en casa. El resultado no se hizo esperar. En el año 2000, IU desciende de 21 a 9 escaños, y el PP gana las elecciones por mayoría absoluta. Cuatro años más tarde, es el PSOE el que obtiene la victoria, bajando de nuevo IU hasta los 5 diputados. En 2008, PP y PSOE mejoran sus resultados considerablemente, mientras que IU queda con un único diputado (dos si contamos al diputado de ICV).
Pero llega la crisis económica, y el PP y el PSOE inician una competición por ver quién de los dos es capaz de buscar métodos más eficientes para esclavizar a los trabajadores y hacerles pagar la crisis provocada por los capitalistas. Solamente IU, sin casi presencia en el parlamento ni en los medios de comunicación, dominados por los partidos del régimen (incluyendo PNV y CiU que, a pesar de tener menos votos que IU, tienen más escaños en el congreso y más presencia en los medios de comunicación), planta cara a los dos grandes partidos y a las fuerzas del capital y se pone, como siempre ha hecho, del lado de los trabajadores. Como consecuencia, en las elecciones municipales de 2011, el PP mantiene su número de votos, el PSOE se desploma, e IU sube notablemente. Por supuesto, la ley electoral se encargó de no traducir estos votos en concejales, pero, como ya había ocurrido en tiempos de Felipe y Aznar, la subida de IU volvía a poner en peligro su hegemonía. ¿Durante cuánto tiempo más podrá contener la ley electoral los verdaderos resultados de Izquierda Unida?. Era el mismo problema que ocurrió a finales de los 90, y la solución volvía a ser la misma: La Pinza. Así, a día de hoy, podemos ver a numerosos dirigentes del PSOE rescatando el viejo mensaje de la pinza entre PP e IU para debilitar al PSOE.
Pero…¿Significa eso que no existe la pinza?. Por supuesto que existe. Existe la pinza entre el PP y el PSOE para acabar con la izquierda, y a las pruebas me remito:
- En el ayuntamento de Oviedo era posible conseguir un gobierno que arrebatase la alcaldía al Popular Gabino de Lorenzo. El PSOE no quiso presentar candidato, y se abstuvo ante la elección del alcalde, impidiendo que Roberto Sánchez Ramos (Rivi), de IU, se alzara con la alcaldía, y entregándosela de nuevo a Gabino de Lorenzo.
- En una gran cantidad de ayuntamientos donde IU ganó las elecciones, el PSOE votó a los candidatos del PP, para arrebatarle la alcaldía a IU y entregársela a los populares.
- Ambos partidos se niegan a cambiar una Ley Electoral que es injusta y antidemocrática, y que impide que Izquierda Unida tenga la representación que la ciudadanía le otorga en las urnas, obteniendo siempre un porcentaje de cargos electos (concejales diputados, senadores…) profundamente inferior al porcentaje de votos obtenido.
- Las empresas de manipulación (mal llamadas medios de comunicación) afines al PP-PSOE manipulan (o sencillamente omiten) la información relacionada con Izquierda Unida.
En definitiva, la pinza existe, pero no es de IU y el PP contra el PSOE, sino del PP y el PSOE (que políticamente representan lo mismo) contra la única alternativa de izquierdas, que es Izquierda Unida.